06 noviembre 2006

El discreto encanto de tirar a la basura

Uno de los grandes problemas de la información, es la forma en que queda atascada en la oficina, sin llegar a su destinatario. Por lo que se hace indispensable trasmitir el mensaje como acción inmediata; archivarlo en caso de ser necesario o descartarlo, una vez enterado.
En el arte de tirar a la basura, debemos previamente hacernos las siguientes preguntas:
  1. ¿Requiere alguna tarea de mi parte o de mi equipo de trabajo?
  2. ¿Posee un uso específico?
  3. ¿Se podrá obtener nuevamente esta información facilmente?
  4. ¿Es reciente y se considera útil?
  5. ¿Puede tener consecuencias impositivas o legales?
  6. En caso de deshacerme de esta información, ¿podría sobrevivir sin ella?
Una vez efectuado este cuestionario, procedemos a descartar o guardar la información.