En la oficina es de cortesía ofrecer al cliente, una bebida apropiada, que haga más grata su visita. Café, té, agua mineral (con o sin gas) es una buena iniciativa.
Las bebidas deben prepararse preferentemente en el momento, y servirse a una temperatura justa. El ideal es contar con juegos de tazas clásicas, impecablemente servidas, acompañadas de servilletas, si es posible con el logo de la empresa, y sobre una bandeja de tamaño acorde.
Gaseosas y bebidas alcohólicas no deben ofrecerse en la recepción, pudiéndose reservar para áreas internas. En este caso, quedan reservadas y serán mencionadas unicamente por el profesional o ejecutivo de la empresa; guardándose para él final de la jornada, como un "happy hour".
Otras bebidas como por ejemplo "el mate", de carácter regional, debe ser considerado por el coordinador del departamento o división, según el momento y la oportunidad.